La bicicleta eléctrica es sin duda una alternativa de transporte limpia, saludable, sostenible y altamente eficaz. A nivel de uso urbano destacaríamos que no genera humos contaminantes, no genera ruidos, y proporciona desplazamientos ágiles a la vez que permite al usuario hacer ejercicio, mantener el cuerpo en forma y la mente eliz. La bicicleta eléctrica requiere esfuerzos moderados y progresivos. No hay sobreesfuerzos desmesurados que a menudo causan lesiones o agotamiento.
A nivel de uso deportivo, ya sea en montaña o en carretera, la bicicleta eléctrica permite afrontar retos mayores en cuanto a pendientes, longitud de recorridos y admite un rango mayor de usuarios.
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